miércoles, 20 de febrero de 2013


Escribo desde mi llaga,
del cuerpo que tiembla
y siente,
de la herida penetrante
que hay en mi vientre
desde el nacimiento
Lloré demasiado y,
aun a veces lo hago
apoyada en tu hombro
Recuerdo tu olor
Todavía late el pecho al compás
de las campanas
que anuncian las horas
Irme lejos, lejos
Donde no me encuentre,
donde las palabras me dejen
Tiemblo, ¡cuánto tiemblan mis manos
sobre el papel en blanco!
Dices, a veces, consigues hablarme,
sin embargo el silencio
se cuela en las heridas
No se nada y necesito saber
Olvide como hablar
El regreso a casa
es lento y doloroso
¿alguna vez me fui?
Naufrago entre las palabras,
en la vida que me pasa por encima
Mañana ya no hay nada
Estoy apurada por descubrir
Repetición de lo que soy- estoy
y me refugio en ti,
para dejar, para calmar
la melancolía de no tenerme
en el tiempo,
de no aguantarme las ganas
Dejar de respirar sobre tu oído
Callar hasta poder hablar el idioma
que hace fluir la sangre,
la misma que  cae
desde mis venas abiertas
Tengo miedo
Camino por el borde de la cornisa
Extraer desde el filo que separa
La vida y la muerte esas gotas
de deseo que caen por la entrepierna
Me abruma esa capacidad
que esconde mi vientre de dar vida
y hoy, muere algo en mí
Me rebelo contra esta existencia,
sin embargo permanezco aquí
intentando, tan sólo queriendo
Miles de voces murmuran
el silencio del mundo
se vuelve grito, gemido

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