Cobijo para
la melancolía
De no
saberme, más bien tenerme
Redescubro
nuevas frases
Ya usadas y
repetidas por sus labios
En cada uno
de los versos
La busco
entre el montón de palabras
Que caen en
mis ojos
La
encuentro entre el torrente de muerte
Que vive en
su funeral
En
constante velorio
Le rezo, le
canto, le leo
Hablo con la poesía
Que vibra en mis pechos
Que cae desde mi entrepierna
Como caía desde la suya
Ese miedo a no ser, a ser
Sólo Miedo
Al final
Pero nada, nada, nada….
Para A. Pizarnik
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