La verdad es que lo que sé no me sirve para cambiar el mundo en que habito precariamente, las palabras no llenan los vacíos, los oídos se conforman con un par de sonidos dulces por las mañanas, la agonía no se duerme por las noches y la pena consume los segundos hasta la muerte
Pienso tanto en dejar la vida que olvido vivir y somnolienta me mantengo entre inertes actos de desesperación, lamiendo tus llagas las hago mías y lloro en silencio tapando mi boca contra la almohada.
Nada cambia porque la realidad sobrepasa mis anhelos, el miedo consume el papel y mi hogar se quema mientras lo observó sin poder moverme, sin reacción escucho el humo que inhalan mis pulmones, me ahogo de visiones, mueren los rastros de lo que fui y ahora como un fantasma deambulo buscando un lugar, deseando tener un lugar en el cual habitar con las suficientes ganas para luchar.
Perdida, quería algo más para el final pero ni siquiera escuche tu voz llamándome y supe que estaba sola, más allá de que el mundo estuviera repleto de personas, estaba parada frente a un espejo en el cual lentamente desaparecía mi reflejo tras las lágrimas.
En el medio del mar me encuentro sedienta, vacía, nauseabunda; busco sin hallar lo necesario para consolar mi entrepierna, el hambre muere y ya no quiero nada más, no quiero más.
quizás el último poema que publico en este blog...
ResponderEliminarEscribiré algo más, tengo escrito más cosas pero nada que quiera compartir por ahora...