miércoles, 26 de octubre de 2011

ciclo retornable

Estoy aquí, todo continúa, el mundo gira,
El  día comienza como antes pero sin sentido
El ahora se vuelve polvo
Y el sonido de mi voz se calla.
El dedo en la llaga se mete
Por  siempre ante las miradas de los seres,
Y  Dios se vuelve imagen en el espejo de los sueños.
El tiempo es sólo eso, las horas pasan,
Sin notar que la casa está ahí,
Construida en papel maché
A punto de destruirse con el fuego.
Todo empieza de nuevo,  
Una y otra vez los perros ladran a lo lejos
Y las hojas de los árboles se caen en otoño.
Mientras una niña llora en el silencio
De la noche la soledad de mañana.
El mundo pesa sobre los hombros,
Y la pena de saber que no volverá,
Que la puerta se cerró por dentro
Y no hay llaves para abrir.
Juegan entonces inocentes pensamientos,
Y el reloj no para de girar en mi mente.
Quiero que el tiempo esté detenido
Y quede tu recuerdo plasmado en mí.
Tiempo imparable, rápido corro, arranco
Y mi casa está lejos, me perdí entre sueños,
No tengo nada queriendo tenerlo todo.
Tengo mi imagen triste en un espejo….  

lunes, 24 de octubre de 2011

Mis ojos en los tuyos

Los momentos desvanecen
Como lágrimas bajo la lluvia…

Llega la hora  de olvidarse del pasado y dar un paso
por entre los charcos.

Embarrar de nostalgias mi cuerpo integrando
mis recuerdos a los tuyos.

Desarrollar una armadura contra tus bajos instintos
Guardando en mi garganta, el dolor de tenerte cerca
Sin poder tocarte.

Cerrar los ojos y resbalar mi lengua sobre la tuya
Mientras un mundo de contradicciones se
posa en mis sesos.

Pasan así los minutos,
El tiempo muere en el vaivén de tus pensamientos.

Despierto de tus sueños y se instala entre ambos el silencio
Sutil de no saber que decir.

Escondo mi miedo en mis manos empuñadas
Guardando en mí pecho
El reflejo de tus miedos.

Golpeo, entonces, el reloj
Intentando detenerlo, talvez un segundo, quizás toda la vida
Y capturar tu momento en mis ojos.

El momento, tu momento desvanece
Como mis lágrimas por ti bajo esta lluvia…

miércoles, 5 de octubre de 2011

Cosas que puedo hacer con nada

La verdad es que lo que sé no me sirve para cambiar el mundo en que habito precariamente, las palabras no llenan los vacíos, los oídos se conforman con un par de sonidos dulces por las mañanas, la agonía no se duerme por las noches y la pena consume los segundos hasta la muerte
Pienso tanto en dejar la vida que olvido vivir y somnolienta me mantengo entre inertes actos de desesperación, lamiendo tus llagas las hago mías y lloro en silencio tapando mi boca contra la almohada.
Nada cambia porque la realidad sobrepasa mis anhelos, el miedo consume el papel y mi hogar se quema mientras lo observó sin poder moverme, sin reacción escucho el humo que inhalan mis pulmones, me ahogo de visiones, mueren los rastros de lo que fui y ahora como un fantasma deambulo buscando un lugar, deseando tener un lugar en el cual habitar con las suficientes ganas para luchar.
Perdida, quería algo más para el final pero ni siquiera escuche tu voz llamándome y supe que estaba sola, más allá de que el mundo estuviera repleto de personas, estaba parada frente a un espejo en el cual lentamente desaparecía mi reflejo tras las lágrimas.
En el medio del mar me encuentro sedienta, vacía, nauseabunda; busco sin hallar lo necesario para consolar mi entrepierna, el hambre muere y ya no quiero nada más, no quiero más.