Que pidas
perdón
Besando mis
pies como besas a esos ídolos
Que reces y
prendas velas a mis senos
Hasta que
quites la culpa que tu saliva depositó en ellos
Arrodíllate
bajo mis caderas
Y bésame
hasta que la sangre deje de caer por la entrepierna
Que tu lengua
se arrastre hasta mi entrada pidiendo perdón
El gemido
último de la lanza que atraviesa mi costado
La cicatriz
de la carne penetrada
Ver para
creer, tú ¿ves mi herida?
Lámela,
lámela, lámela
Pide perdón
por abrirla una y otra vez
Que pidas
perdón besándome entera por última vez
Reza a tus
santos, rézame a mí
Que no
considero perdonarte
Rézame
Que necesito
tus palabras, besos, caricias
Sacar la
culpa de mis piernas abiertas y cerrar la herida.