Puta
reunión de enfermos,
dopados
para encajar,
sonámbulos
tienen miedo a despertar
y chocar
contra el muro de realidad.
Esperar
sentados para mentir,
ninguna
pastilla llena el vacío,
menos aún
le da sentido.
La
costumbre de adormecer a quien no puede,
ahogar al
débil con más debilidad,
con
sobredosis de opio.
El tiempo
avanza, da vueltas,
un ciclo
sin fin de inercia.
Cambian las
fachadas, los colores
pero los
moribundos siguen siendo los mismos.
Extraviados
de sí,
la sala es
el símbolo de la espera por una solución.
Nos aqueja
la vida,
la muerte
de los sueños,
el dolor de
no reconocernos,
reflejos
quebrados, fantasmas deambulando en los pasillos,
atormentando
la siquis,
sólo la
lucha del yo contra sí mismo.
Algunos van
y otros permanecen
como
estatuas adornando el paisaje vaciado de deseos,
el vacío se
llena de más vacío,
tomar
pastillas se convierte en hábito,
tan
cotidiano como dormir y levantarse,
inconciente
y mecánico como respirar.
Ajustan la
mente a fármacos,
la paranoia
de la sombra que nos persigue.
Puta
reunión de presos del sistema, de inadaptados,
puta
reunión de enfermos.